Y así fue como el Maestro Orlok murió. Solo y en su jardín.
Con gusto a salsa mil islas añejada en su boca, intento llorar, pero no lo pudo lograr a causa de sus lagrimales atrofiados. Se frustró, intentó balbucear algunas penas, pero las tapó con rabia y se comió su propia lengua a mordiscones. Entendió que toda su creación estaba vacía y que todo el dolor y el sufrimiento era consecuencia de esto. Conscientemente, el Maestro Orlok resolvió ahogarse en su propia sangre. Y así fue como el Maestro Orlok murió.
¡Y bueno señora!
ResponderEliminarse murió. ¿Qué se le va a hacer?