El Barón De Eagle fue el primer aviador de combate en educarse bajo la confesión orlokiana. Su destreza aeronáutica lo convertía en un enemigo atroz, de sangre fría y nervios de acero.
En tierra, el Barón disfrutaba del Chamamé y del asado de Chancho con Pelo. Los fines de semana, como hobbie, fumigaba con Napalm los campos linderos a sus tierras.
El acto de devoción más grande realizado por De Eagle fue rociar nafta super a lo largo y a lo ancho de 200 hectáreas de maíz, para dibujar el rostro del Maestro más grande de América y luego prenderlo fuego tirando un billete de 2 dólares encendido.
Hoy en día, el Barón B. De Eagle se destaca entre los más intrépidos apóstoles orlokianos de la historia.
Esta crónica hace justicia con el Barón. Hurra por el pirómano terrateniente!
ResponderEliminar