Devotos: Duncan Le Klerk, Marqués de la Federación Transcarpática

La tradición Le Klerk se remonta a las épocas del ser-humano-seguidor-de-perros. Una estirpe noble de 75.000 años.

Su influencia es tan poderosa actualmente que el mero hecho de recordar a Le Klerk genera interferencias neuronales que inciden sobre el funcionamiento de aparatos electrónicos como una TV. La Ciencia da pruebas de esto.

La siguiente fotografía muestra una aparición fantasmagórica de Le Klerk en una televisión de tubo. Se evidencia claramente su cabello lacio de corte irregular, sus ojos inmutables y su larga chiva (color sangre).





Los análisis epistemológicos de la disciplina que estudió a Le Klerk en sus diferentes avatares concluyen en que el devoto estaba genéticamente emparentado con el Maestro Orlok.

Le Klerk sabía cómo movilizar a las masas pero no era demagogo. Sus planes daban resultado y las ganancias las repartía equitativamente con sus colaboradores; quienes eran esclavos de otros reinos en la mayoría de los casos.

Muchos historiadores afirman que Le Klerk fue el estadista más influyente de los siglos 18 y 19. Planteaba un esquema de negociación equitativo con los esclavos; de forma tal que estos sentían un verdadero aprecio por aquél. De este modo, los resultados para ambas partes resultaban satisfactorios, ya que podían lograr un mayor bienestar como resultado de los acuerdos.

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