En una etapa de su travesía por el Universo, Orlok pasó 10,000 días en las islas del Pacífico y allí descubrió la disciplina del espiraleo.
El Rey Kameha-Oahu rescató del mar a Orlok en una barcaza de madera bíblica y lo llevó a su corte de la Isla de Hula, cuna del Hula Hula.
Al día 456, Orlok ya podía vivir tranquilamente bajo el intenso sol y comunicarse fluidamente con el Rey y sus súbditos; entonces estos decidieron integrarlo a su gran familia.
El rito iniciático fue muy difícil para Orlok en un principio, ya que demandaba una gran habilidad física y concentración; cuestiones que Orlok desconocía. Pasó 402 días meditando y practicando el Hula sin lograr resultado alguno. Desesperanzado, tiró al suelo el característico aro y se echó a llorar**. Los quejidos de Orlok llamaron la atención del gran Rey y éste fue a su encuentro para reconfortarlo.
Kameha-Oahu fue muy breve al dirigirse a él: “Tu has nacido para el Hula.”.
Orlok respiró hondo y entendió la esencia de las palabras del Rey. Luego de 100 días Orlok pudo dominar la disciplina del Hula; y luego de 100 días más no quedaban dudas de que él había nacido para el Hula. El pueblo asombrado levantó en brazos a Orlok y lo llevó hasta el mar para bautizarlo.
El día 9,999 Orlok se despidió de todos, se fue caminando con su aro hacia el fondo del mar a bailar Hula y lo perdieron de vista. Al caer el sol, una gran espiral de agua se levantó en el horizonte y Orlok se fue volando.
(*) El Hermano Renfield dio con este relato oral descansando en Hawaii, luego de su padecimiento de dengue hemorrágico. Encontró antiguas tablas de surf con motivos orlokianos.
(**) Recordemos que Orlok carece de lagrimales y llorar también le resulta una empresa imposible y dolorosa.
Los evángelios apócrifos demuestran las mil vidas de Orlok antes de llegar a la iluminación.
ResponderEliminarEste texto me recordó una de las vidas más gratas que tuve. Gracias Hermano Renfield por transmitirlo.
ResponderEliminarDe nada. A mí me ha recordado mis estadías en Hawaii, las cuales revivo con mucha alegría.
ResponderEliminarEs importante estar atento al próximo encuentro de sinusoides n-dimensionales, porque es la única manera de volver a esa maravillosa época de la Isla de Hula.