Y se apareció ante Orlok el legendario Cocodrilo-pato, dios de lo imponderable.
La agresión del iracundo dios era inminente; entonces Orlok pensó rápidamente y actuó. La danza del Hula hipnotizó al gigantesco monstruo por unos instantes, lo cual permitió a Orlok invocar a Gorgoroth.
De la niebla marina apareció Gorgoroth y Orlok se sintió aliviado. Pero la calma no duraría tanto, ya que el Cocodrilo-pato era incapaz de oír y ver a Gorgoroth.
Orlok se rindió ante el Cocodrilo-pato y le rezó de rodillas. Al ver ésta actitud, el iracundo dios se volvió amable y le dijo a Orlok: “Tumuka ea tikiopa banga banga”.
Gorgoroth, perplejo, le reclamó a Orlok por su infidelidad; pero luego cambió de parecer, ya que admitió las limitaciones de su poder.
Así Orlok abrazó a ambos dioses y caminaron los tres por la playa, cantando “Tumuka ea tikiopa banga banga”.
Mi madre solía cantarme el "Tumuka" todas las noches mientras mecía mi cuna sobre un río de sangre.
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