Antorchas clones en la catedral orlokiana de Alta Bajonia.
Como Orlok no nació, no tenía padres; y de cierta manera, se sentía huérfano, sujeto de una orfandad existencial y una añoranza eterna.
Caminando, se encontró con unos huérfanos y les preguntó qué sentían. Ellos, conmovidos por la deferencia del Maestro, animadamente le manifestaron sus penurias y éste las tradujo en ánimo.
Orlok sabía perfectamente donde tocarlos, donde hurgarlos… Y de estas heridas hizo brotar sangre, la cual amasó con tierra para formar barro y así moldear un nuevo tipo de Golem: el Golem Huérfano.
Huérfanos de alma, de ideas, de alegrías, de hambre, de sed, de espíritu; estos Golems arrasaron la faz de la tierra matando padres y dejando sólo hijos. Durante siglos y siglos asesinaron progenitores, con el único propósito de erradicar la desigualdad, ya que todos son hijos, pero no todos son padres… y eso era inadmisible.
Como era de esperarse, llegó un momento en que nadie más quiso procrear y la población disminuyó paulatinamente hasta acariciar la extinción. Los Golems, señalados como únicos culpables de tal desdicha, se porfiaron en solucionar el problema y ofrecieron una salida a través del marco de la ciencia: la clonación.
Cuando el mundo se pobló de clones, no hubo más padres, no hubo más matanzas, los Golems estuvieron felices, la humanidad vivió huérfana por los siglos de los siglos y a Orlok le importó todo tres carajos.
de qué siglo estamos hablando? quiero saber a quién le debo mi orfandad
ResponderEliminarjjajajaj
ResponderEliminarel remate final es muy bueno!
todo suena bastante actual, bastante humano, estamos seguros que orlok es lo que dice que es?
Madame: El problema de los relatos orlokianos son los saltos espacio temporales. No se sabe bien a qué se deben, pero son un hecho. Podemos encontrarnos con aviones en 1765 y seguir creyendo. Aparentemente los cronistas tomaban vermú con mescalina.
ResponderEliminarAlelí: Orlok es el camino espiralado.
Gracias Duncan por haber rescatado este evangelio de las fauces del dragón golem de la manchuria septentrional. Es imperdible.
ResponderEliminarTambién agrego que no sólo me chupo todo tres carajos, sino que dejé escrito en piedra una frase para todos los disconformes. La misma dice:
"A chuparla a la iglesia"
Cariños,
Orlok
jajajaja
ResponderEliminarajajaja
ajjaajjaa
que amoroso! sabudiría pura!