Inhumado Le Klerk, Orlok caminó 6 meses bajo la tierra, 6 meses sobre la tierra y 6 meses sobre el agua. Al pisar tierra firme, decantaron en su conciencia todas las señales percibidas durante su viaje de duelo místico.
Elementos oníricos y vivenciales de diversa índole, tanto superlativa como vulgar, apuntalaron de forma espontánea una estructura de pensamiento líquido en la mente del Maestro, la cual se solidificó en voluntad creacionista y dio lugar a la concepción del Golem de Le Klerk.
Una madrugada del gélido del mes de Ödereicht, Orlok exhumó los restos de Le Klerk, los mezcló con barro, piedras preciosas y sangre suya; luego dio forma a esa masa escatológica y durante toda la noche la coció a leña de Eucalipto en un inmenso horno de barro.
Al despertar, Orlok notó que el sol no quemaba sus ojos. Un monolítico Le Klerk se erigía frente a él, eclipsando la luz del mortificante astro. Le extendió su gigantesca mano al Maestro y éste se puso de pie. Lo abrazó y desayunaron raíces y jugo de avellanas amargas.
Durante el tiempo muerto, Le Klerk comprendió misterios y aprendió técnicas ocultas; y en virtud de ello, rogó al maestro que se vomitara a sí mismo 9000 veces, para hacer una armada de Golems de sustancia anímica superlativa, destinada a invadir las plantaciones algodoneras norteamericanas y liberar al pueblo esclavizado por el Corsario estadounidense William Clifford Smith.
Un nuevo horizonte en el camino del Maestro se reveló. Engendros de polvo y vómito concebidos por el Maestro, comandados por el General Le Klerk, se alistaron a media noche en las murallas de Pretoria. Desde allí marcharon a los campos de batalla para revivir a los partidarios de Le Klerk que yacían muertos en el piso o enterrados en fosas comunes. Al igual que Le Klerk, sus restos putrefactos fueron mezclados con barro y piedras y cocidos a leña.
Los Golems del vómito de Orlok conformaron las TAO (Tropas de Asalto Orlokianas) y los Golems compuestos por los restos de los soldados leklerkianos caídos en combate conformaron las AOR (Armadas Orlokianas Revolucionarias). Ambas fuerzas partieron en buques infernales del Cabo de Buena Esperanza con destino al Puerto de Buenos Ayres, para realizar la primera parada técnica del viaje hacia Nueva Orleans.
Allí los esperan Pastoriza y los primos Barriga con vino y un asado con achuras.
Glorioso, Fantástico, inaudito y a la vez, tan real como mi calavera.
ResponderEliminarUn texto que me colma de añoranzas. ¡Qué tiempos aquellos! ¡Que bien que estaban esas mollejas*!
*Mientras comía un asado, el maestro Orlok dijo a sus seguidores: "de todas mis creaciones, de la que más me enorgullezco es de las glándulas de las vacas. Que ricas que son"